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Una descompensación en los niveles de hormonas de la glandula tiroides pueden causar un hipertiroidismo si el nivel de hormonas es por encima de lo deseado, o un hipotiroidismo, si están por debajo. Dado que estas hormonas son las encargadas de regular el metabolismo del cuerpo, dependiendo de la manifestación clínica puede provocar entre otros síntomas: nerviosismo, temblores,labilidad afectiva,aumento del apetito, estreñimiento, aumento de peso. Para una explicación detallada leer más.
Los nódulos tiroideos son un crecimiento excesivo de las celulas de la glandula tiroides en forma de lesiones o bultos llamados nódulos. Es la patología más común de la glandula tiroides, especialmente en mujeres. La probabilidad de desarrollarlos aumenta linealmente con la edad, la exposición a radiaciones y con el déficit de yodo en la dieta. Haz clic aquí para más información.
Si un nódulo se desarrolla, se puede evidenciar un abultamiento en el cuello y puede llegar a comprimir otras estructuras adyacentes, como la tráquea, esófago o los nervios recurrentes, produciendo síntomas como: Un bocio visible (glándula tiroides agrandada), Ronquera o afonía, Dolor en el cuello, Problemas respiratorios, especialmente al estar acostado, Dificultad para deglutir alimento. A su vez, hay nódulos tiroideos que producen hormonas tiroideas de manera autónoma (nódulos tóxicos o hiperfuncionantes), provocando hipertiroidismo, con los síntomas asociados. Para más información.
Los nódulos tiroideos con el tiempo pueden permanecer estables y con mayor frecuencia tienden a crecer si no se aplica ninguna estrategia de tratamiento. Salvo la excepción de los nódulos líquidos o quísticos, que tras ser puncionados con una prueba PAAF pueden menguar su tamaño tras ser retirado su contenido. En estos casos, con el tiempo la tendencia es que vuelven a rellenarse, a no ser que se haya llevado a cabo un procedimiento de enolización. Puede solicitar información aquí.
Aunque son extremadamente comunes, más de 90% de los nódulos son benignos, todavía no es bien conocida la causa de los nódulos de tiroideos, aunque el componente genético parece ser importante. Ciertos estudios avalan un mayor porcentaje de nódulos tiroideos cuando hay deficiencias de yodo, además de ciertas enfermedades tiroideas que parecen guardar relación con el desarrollo de estas lesiones nodulares como por ejemplo la tiroiditis de Hashimoto. Para saber más haga clic aquí.
Una vez realizado el hallazgo de un nódulo tiroideo,siempre decimos que conviene ocuparse más que preocuparse y no limitarse a una actitud expectante. La recomendación es realizar un diagnóstico integral para poder orientar en la mejor alternativa de tratamiento, priorizando la atención en aquellos nódulos que presentan indicios de sospecha de malignidad o demuestran tendencia de crecimiento que pueden llegar a ocasionar síntomas clínicos o disfunción tiroidea.
No hay recomendación dietética que haya probado su eficacia en la reducción de los nódulos una vez ya se han desarrollado, en cambio sí está contrastado el beneficio que aporta una alimentación que contribuya a la salud de la glandula tiroides para así prevenir cualquier enfermedad tiroidea, mitigar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Hay una serie de recomendaciones generales en las que juegan un papel importante los alimentos bociógenos, los hipertiroideos, los antioxidantes, la soja y los que contienen altos niveles de yodo.
Los nódulos tiroideos son tratados por endocrinos especialistas en tratamientos no invasivos con la finalidad de diseñar estrategias alternativas a la cirugía siempre que sea posible para conservar la glandula tiroides, dado su primordial función en el organismo.
Se denomina bocio multinodular cuando se observan múltiples nódulos en conglomerado que pueden encontrarse en un lódulo de la glandula tiroides o en ambos, y suelen combinarse nódulos sólidos y quísticos. Más información
Un nódulo tiroideo hiperfuncionante, También llamado nódulo caliente o adenoma tóxico, es una denominación que describe un nódulo que produce hormonas de manera autónoma que puede provocar hipertiroidismo. Para más información.
Es otra denominación frecuente en la clinica, que debe su nombre a su aspecto, por presentar múltiples espacios quísticos y sólidos. Para más información
Los nódulos indeterminados engloban los nódulos categoría III y IV de la escala de calsificación Bethesda tras realizar la prueba diagnóstica PAAF o Biopsia de Tiroides. Para más información
Las pruebas de principal elección en la clínica de endocrinologia para una evaluación integral de los nódulos tiroideos consisten en una analítica de función tiroides, ecografia tiroidea, PAAF o Punción por Aspiración de Aguja fina, y en algunas ocasiones puede ser necesaria una gammagrafia y una prueba molecular de marcadores genéticos. Más información
La PAAF es el procedimiento de elección en la evaluación de los nódulos tiroideos cuyo objetivo es discernir su benignidad/ malignidad. También conocida como biopsia de aspiración de tiroides con aguja fina, por el método empleado para extraer muestra celular del nódulo. Por norma general son necesarias de 2 a 4 aspiraciones de diferentes sitios del nódulo para su análisis citológico. El resultado de esta prueba se expresa dentro de un estándar de clasificación denominado Bethesda que orienta sobre el riesgo de cancer. Más información
La PAAF es un procedimiento sencillo que consiste en puncionar un nódulo tiroideo para evaluar su riesgo de malignidad. Es una prueba con nulas complicaciones que se realiza guiada por ecografia para asegurar la punción en el lugar deseado.Por lo general es una prueba indolora en manos experimentadas, auqnue en ocasiones puede aparecer un ligero dolor en la zona de la punción que se puede tratar con analgesia o hielo local.
Aunque la mayoria de los nódulos tiroideos, un 90%, son benignos, por protocolo médico se realiza esta prueba ante cualquier sospecha de malignidad debido a las características del nódulo, como puede ser su tamaño, ritmo de crecimiento, composición, forma y en los casos que hay antecedentes familiares de cancer de tiroides.
Bethesda es la denominación del estándar de clasificación que uniformiza las categorías diagnísticas de la prueba PAAF. La escala comprende desde un grado 1 al grado VI, donde el grado II informa que el nódulo tiroideo es benigno, con un riesgo de falso negativo del 5%. Más información.
Tras la citología realizada con la prueba PAAF Un diagnóstico de grado III Bethesda informa de una incertidumbre diagnóstica, y que no hay indicios suficientes para clasifcar el nódulo tiroideo como sospechoso de malignidad.Puede ser debido a problemas técnicos o morfológicos. Por protocolo deberá repetirse la prueba en una pauta temporal apropiada. En un 25% de los casos volverá a resultar incierto. En estos casos será necesario recurrir a una prueba molecular de marcadores genéticos para llegar a un diagnóstico definitivo. Para más información.
Para discernir la benignidad/ malignidad de un nódulo tiroideo es necesaria una completa anamnesis para identificar factores de riesgo, la ecografia tiroidea para analizar indicios según la morfología del nódulo, y como pruebas concluyentes es necesario recurrir a la prueba PAAF o biopsia de tiroides. En el caso de resultados inciertos con la punción tiroidea, el análisis definitivo será la prueba molecular de marcadores genéticos ThyroidPrint. Más información.
Es necesario realizar un estudio individualizado de cada caso para proponer la mejor estrategia de tratamiento, siempre aplicando un criterio conservador. Empezando por lo menos invasivo, a lo más invasivo en los casos que no sean posibles alternativas a la cirugía. Las opciones de tratamiento para el caso de nódulos benignos, son el HIFU como primera opción por ser la única alternativa 100% no invasiva, la más fiable y eficaz, para los pacientes que por las características de la lesión nódular se pueden beneficiar de esta técnica de última generación. Como alternativa mínimamente invasiva también está la radiofrecuencia especialmente para nódulos con un tamaño superior a los 5cm. Para más información
Es imprescindible realizar un estudio individualiazado de cada caso. Dependiendo de las características del nódulo se diseña una estrategia de tratamiento. Las más habituales son el HIFU, la Radiofrecuencia, la cirugía y el yodo radioactivo.
Las alternativas a la cirugía, van desde la 100% no invasiva: el HIFU o Ultasonidos de Alta Intensidad Focalizados, a las mínimanente invasivas, la Radiofrecuencia. El resultado terapéutico se obtiene por termoablación de los tejidos, pero se diferencian entre ellas por la técnica empleada, donde el HIFU es la más fiable, segura y eficaz para tratar nódulos benignos entre 10-50mm. Para más información
Las siglas HIFU se refieren a la tecnología high-intensity focused ultrasonography, en castellano, Ultrasonidos focalizados de alta intensidad. Consiste en focalizar la energía de un haz de ultrasonido de alta frecuencia en una zona específica, sin introducir ningún tipo de dispositivo o aguja en el paciente.Donde los haces convergen produce una ablación o hipertermia precisa (destrucción térmica del tejido), para provocar las muerte o necrosis de las células objetivo. Para más información.
El tratamiento de los nódulos tiroideos benignos con HIFU es seguro y eficaz, no presenta complicaciones potenciales comparada con otras alternativas de tratamiento mínimamente invasivas.
El procedimiento se realiza de manera ambulatoria , conserva su gládula tiroides y su normal funcionamiento, no requiere anestesia ni medicación sustitutiva de por vida y la recuperación es casi inmediata, pudiendo retomar su vida con total normalidad a las pocas horas. Para más información
Consiste en focalizar la energía de un haz de ultrasonido de alta frecuencia en una zona específica con precisión milimétrica.Donde los rayos convergen, el ultrasonido enfocado produce una ablación o hipertermia (Temperatura local 85º), que provoca la muerte o necrosis de las células del tejido anormal, el nódulo. Es la mejor alternativa para frenar el crecimiento nodular e impedir que malignicen, o provoquen problemas clínicos en el tiempo, preservando con ello la función de la glándula tiroidea.
La extirpación de la glandula tiroides en ocasiones es inevitable, fundamentalmente cuando se diagnostica un cancer de tiroides, o cuando la lesión nodular por su tamaño o ubicación en la glandula tiroides es inabordable por las técnicas no invasivas. Para más información
En los casos que no es posible evitar la cirugía de tiroides, el procedimiento consiste en extirpar una parte o bien la totalidad de la glandula tiroides, para lo cual debe realizarse una incisión horizontal de entre 5-7cm en la base del cuello. Dependiendo del tamaño de la lesión nodular y la anatomía del paciente, la incisión puede ser más larga.
Uno de los efectos colaterales inevitables, es la cicatriz, que con el tiempo podrá ser más o menos visible dependiendo de la técnica empleada por el cirujano
Tras una operación de tiroides, uno de los síntomas más habituales irreversibles es un hipotiroidismo secundario a la intervención, que precisará de un tratamiento sustitutivo hormonal a lo largo de su vida y una posible afectación en los niveles de calcio. Además existen riesgos potenciales de disfonía por daño del nervio laringeo recurrente. Ante implicaciones tan serias siempre es obligado un enfoque más conservador y valorar otras alternativas de tratamiento menos invasivas siempre que sea posible.
La extirpación de la glandula tiroides, parcial o total conlleva algunos riesgos potenciales, como son la infección, hemorragias,hematomas, seroma postquirúrgico, afectación de la voz, lesión del nervio laringeo superior, y afectación de los niveles de calcio.
Especialistas en diagnóstico y
tratamientos de nódulos tiroideos